Consejos prácticos

jueves, 21 de octubre de 2010

Osteopatía, un viaje a traves del cuerpo.

Quien juzge a la pintura por la semejanza de sus formas, debe ser considerado un ingenuo.
Antiguo proverbio chino.


La osteopatía es una medicina manual. Ser osteópata implica haber recibido una formación de aproximadamente 5.000 hs. Además de 800 hs. de práctica clínica, y haber defendido una tesis ante un jurado internacional. (D.O).
Además de las materias que conciernen a la osteopatía específicamente, se cursan asignaturas comunes a las materias  médicas, como anatomía I y II, fisiología I y II,
Embriología e histología, biomecánica, etc.
Esta carrera se cursa en aproximadamente 5 años, es completa en si misma, no es un posgrado de ninguna otra profesión, ni necesita ser avalada por ningún título.
Sería ingenuo pensar que un osteópata seria mejor profesional solo porque  ostentara otro título, de ingeniero , abogado, psicólogo o piloto.

El osteopata siente, escucha a los tejidos del cuerpo. Muchas veces es necesario un silencio, una no acción para  interpretar lo que el  quiere expresar.  Temblores, sacudidas, cambios de temperatura, llanto o solamente un vacío…
El osteopatía tiene la capacidad de participar de ese vacío y viajar con su paciente, reconociendo en este acto el concepto de “unidad del cuerpo”, un compromiso con  cada movimiento, cada técnica y cada silencio destinado a interpretar el sufrimiento de su paciente, para después  facilitar la liberación de los bloqueos.
Este acto de unidad podría sonar pretencioso, pero es la máxima simpleza de no interferir, de no imponer, de estar a la escucha, al alcance, es poder modificarse uno mismo, como cuando contemplamos un paisaje.
El acto terapéutico muchas veces es solo una pregunta, un mínimo temblor, una espera.
El silencio de la corrección, la no acción…. o acción invisible.

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